lunes, 20 de agosto de 2012
Advenimiento...
Estando Dios en los cielos, mandó llamar a su hijo para convencerle de un segundo advenimiento:
- Hijo mio, debes volver, pues se han descarriado. Han confundido la riqueza de espíritu con la del dinero, el poder hacia uno mismo con el poder subyugador, y la conciencia y valores se han tergiversado. El tiempo y la distancia del propio ser humano con el resto de cosas que creé, como los animales, los bosques, el entorno natural, ha hecho que no estén en armonía y con ello, el pecado original ha vuelto a resurgir. Debes volver, hijo mío, para salvarlos con tu muerte, una vez más...
- Pero padre, tus seguidores más acérrimos se han vuelto como reyes, tratando de gobernar, queriendo dirigir la espontánea vida con todas sus diferencias que tú creaste. Se ponen anillos que el resto debe besar, tienen su propio dinero, ya no rezan pues ya no te escuchan...
- Debes ir, hijo mío. Sólo tú puedes hacer esto.
Así que Jesús volvió. Eligió a una mujer virgen y el espíritu santo entró en ella. Su marido era carpintero, y en una aparición, Dios quedó de acuerdo con ellos.
Nueve meses después, nació un niño sano, al que llamaron Jesús igualmente.
Cuando cumplió determinada edad, marchó al Vaticano e intentó hablar con el Papa:
- Necesito hablar con el Papa, por favor.
- Márchate muchacho, ja,ja,ja,ja... Hablar con el Papa... Tú no estás bien de la cabeza. ¿Acaso crees que alguien como tú puede hablar con el Papa, así de buenas a primeras? Pide cita con uno de los sacerdotes de por aquí y va que chuta.
Así que así hizo:
- Ave maría purísima -dijo Jesús.
- Sin pecado concebida, hijo mío. ¿Cuáles son tus pecados?
- Son vuestros pecados lo que me preocupan. Soy Jesús, hijo de Dios, y he venido a salvaros de nuevo.
- Ja,ja,ja,ja... Vale, chaval. Ahora dime la verdad, ¿Te tocas?
Jesús montó en cólera y acabó en una prisión Italiana.
Cuando volvió a casa, decidió que no le escucharía nadie, excepto la iglesia adventista del séptimo día, pues ellos estaban esperándole, así que decidió pasarse por allí.
Cuando Jesús les dijo que era "El Jesús" que estaban esperando, le cogieron entre cuatro y le echaron a la calle. Uno de ellos, le miró fijamente, mientras estaba en el suelo. Con lágrimas en los ojos le dijo: - Te creo, yo te creo... Pero qué vamos a hacer si aquello a lo que nos agarramos se acaba?
Vuelve Jesús, vuelve con tu padre. No puedes hacernos esto, ven dentro de otros mil años, quizás entonces estemos preparados.
Hoy, otra noticia de suicidio. Malos tiempos... Esta recesión está dejando personas bajo los puentes, destrozados por la caída. El último se llamaba Jesús, y era hijo de un carpintero, que cosas... Qué cosas tiene esta vida...
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Videncia y evidencia...
"Cuando el animal al hombre doméstico,
Después de grandes penas y saltos venga a hablar,
El rayo a virgen será tan maléfico,
De tierra tomado y suspendido en el aire."
-- Nostradamus --
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Se supone que ésta es la profecía que hace Nostradamus del teléfono, telégrafo y electricidad.
No se yo que tendrá que ver el teléfono con la electricidad, pero si nos fijamos atentamente en el escrito, no hallaremos más que unas palabras que, o bien han sido traducidas a la normalidad por un genio, o no significan nada más que lo que vemos y no aparece resquicio alguno de algo que se le pueda parecer a un teléfono ni a la electricidad. Y es normal. En una época tan remota, hubiera sido imposible definir algo como la electricidad y es sólo cuando la electricidad existe, cuando "alguien" ha traducido tal texto y lo ha "referenciado" cual cara de Velmez.
La idea del vidente tan común en oriente, bajo el nombre de oráculo, se transforma una vez más, cuando llega a occidente, dotándose de cualidades "divinas" y alejándose de la normalidad. Y digo normalidad por que si eliminamos la palabra videncia y le damos el nombre de extrapolación, la cosa cambia del todo.
Una extrapolación no es otra cosa que una medición de lo que ocurrirá, basándose en alguna información actual. Por ejemplo, si yo sé que coges el coche todos los días para ir al trabajo, puedo decir que en un futuro alguien te dará un golpe mientras vas o vienes del trabajo. Si el índice de probabilidades es alto, pues coges el coche a diario por espacio de decenas de años hasta tu jubilación, puedo arriesgarme a decir lo dicho y es más fácil que esto realmente ocurra que al contrario, si añadimos a la ecuación la locura de coches que vienen y van todos los días por una ciudad, que por cierto, cuando más grande sea, más posibilidades se tendrán de tener dicho accidente.
¿Acaso es una videncia lo dicho? , Pues si. Por que no ha ocurrido, así que si ocurre habré "tenido la visión".
Según el "I ching" o libro de los cambios, que es un libro muy antiguo de origen Chino y autor desconocido, y que nombra por primera vez "El TAO", que es la base fundamental del Taoísmo tradicional chino, si la mente está en una determinada postura, o sea, si la mente periférica (como hablamos en la entrada anterior) está preparada, lo sutil se hace evidente, y la extrapolación puede llegar a ser muy sensible, con lo que, con muy pocos datos, podemos "ver el futuro", y cuando más preparada está la mente, más lejos podemos llegar. Pero el I Ching dota de una "normalidad inusitada" lo referente a la adivinación o videncia, dándole un toque completamente lógico desde el punto de vista físico y humano.
Cuando tales "dones mentales", llegan a Occidente, como hay que venderlo masivamente, la cosa empieza a cambiar, aparecen las bolas de cristal y desaparece la extrapolación para convertirse en videncia, en poderes cósmicos.
Aunque digamos lo que digamos, si hemos leído un poco los escritos de Nostradamus, seguiremos contemplando las fumatas de los papas, a la espera del "tan temido" Papa negro...
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Buscarse es lo mismo que alejarse de uno...
Extraído del blog, HUELLAS DEL ZEN.
«Cuando se busca por primera
vez el Dharma, nos alejamos de las fronteras del Dharma»
Dōgen, Genjōkōan
La búsqueda de la verdad, del
Dharma o de un camino espiritual nace casi siempre del deseo de resolver un
problema o de responder a una pregunta existencial. Quizás advirtamos una
sensación de vacío en nuestra existencia. Una crisis personal puede empujarnos a
poner en duda nuestro modo de vivir. El envejecimiento, la enfermedad, la muerte
de alguien, los conflictos personales, la perdida de bienes o de estatus social,
el ser poco apreciado pueden causarnos mucho sufrimiento. Entonces nos damos
cuenta de que nuestro estilo de vida no es sano y el deseo de abandonar un
enfoque materialista de la vida puede empujarnos hacia la búsqueda de un camino
espiritual. Creo que mayoritariamente comenzamos a practicar intentando colmar
un vacío en la vida y para curar una forma de vivir no saludable. En el budismo
esta aspiración al despertar es llamada bodhicitta (jap. Bodai-shin), un término traducido a menudo como “mente de la
bodhi”, “mente del despertar” o
“mente que busca la Vía”.
Pero, ¿esta aspiración no es otro tipo de deseo? Sí.
El objeto del deseo es distinto de los usuales, pero sigue siendo un objeto de
deseo. Cuando nos cansamos de buscar satisfacciones materiales, nos concentramos
sobre la búsqueda de paz y consuelo espirituales. El budismo habla de búsqueda
de la liberación, de iluminación o de nirvana. Sin este deseo de cambiar nuestra
vida no habría ninguna motivación para emprender una búsqueda espiritual. Sin
embargo, según Dōgen, cuando comenzamos a buscar el Dharma nos
alejamos de las fronteras Dharma. Esto es por que nuestra aspiración implica
todavía una suerte de mente cazadora. Tenemos la impresión de que en nuestra
vida falta algo y entonces vamos a la caza de ese algo que creemos ausente. El
objetivo es distinto, pero en la mente ocurre el mismo proceso que se produce
cuando tenemos hambre y buscamos comida o cuando somos pobres y buscamos dinero.
Es la actitud a la que alude Dōgen en el
párrafo 4 [del Genjōkōan] cuando
escribe “Ir hacia todas las cosas para realizar nuestra práctica-iluminación es
ilusión”. En otras palabras, mientras más practica una persona con un plan o una
meta, más se aleja de las fronteras del Dharma.
Muchos, cuando comienzan a practicar zazen, tienen
una especie de experiencia especial que les hace sentirse muy bien. Cuando las
sensaciones placenteras desaparecen practican con mucho empeño para recrear
aquella experiencia, pero a menudo en vano. Muy pronto aparecen la desilusión y
la frustración, y finalmente el cansancio y el aburrimiento pueden empujarles a
interrumpir la práctica. Esta es la práctica de “ir hacia todas las cosas”, en
la cual se busca atrapar la iluminación con una mente cazadora. Según
Dōgen esto es ilusión, lejísimos de las fronteras del
Dharma.
¿Qué podemos hacer en esta
situación? Practicamos gracias al deseo de obtener la iluminación, la liberación
y el despertar. Sin un deseo parecido es muy difícil encontrar la motivación
para realizar la verdad, es como intentar practicar zazen después de haber
quitado el cojín sobre el que nos sentamos. A menudo este problema se hace
manifiesto después de muchos años de práctica diligente. Cuando descubrimos que
nuestra aspiración de conseguir la iluminación es por si misma un obstáculo a la
realización del Budadharma, debemos luchar para liberarnos de nuestra mente que
busca la Vía. ¿Podemos practicar de verdad sin el deseo de hacerlo? Cuando
finalmente nos cansamos de luchar con nosotros mismos todo lo que podemos hacer
es tan solo sentarnos.
Sentarse en zazen sin deseo es
shikantaza, o sentarse simplemente, la práctica que Dōgen Zenji describe
como “el venir de todas las cosas para realizar la práctica-iluminación a través
del si mismo”. El sujeto del zazen ya no es el “yo”, por que en
shikantaza dejamos que se vayan todos los pensamientos, incluidos el
concepto de “mi” y el deseo de iluminación, nos limitamos a sentarnos
simplemente. Como Dōgen ha escrito en el Fukanzazengi (“Consejos
universales para el zazen”), dejamos que incluso se vaya la intención de
convertirse en un buda. En el Shōbōgenzō Zuimonki Dōgen escribe a
propósito de esta actitud hacia zazen:
«El zazen es por si mismo
la practica del Buda. El zazen es por si mismo no hacer. No es otra cosa que la
verdadera forma del si mismo. Fuera del zazen no hay nada que buscar como
Budadharma.»
Y más adelante:
«No penséis aprender el
Budadharma con el objetivo de obtener una recompensa por que practicáis la Vía
del Buda. Practicad el Budadharma con solo el propósito del Budadharma. Incluso
si estudiaseis millares de sutra y diez mil comentarios, incluso si os sentaseis
en zazen hasta gastar el cojín, si falta esta actitud es imposible obtener la
Vía de los budas y patriarcas. Arrojad simplemente vuestro cuerpo y mente en el
Budadharma, practicad junto a los otros sin apegaros a opiniones precedentes y
estaréis inmediatamente en armonía con la Vía.»
Cuando tan solo nos sentamos,
cuando dejamos ir el deseo de iluminación y todos los demás pensamientos y
emociones, todos los dharma realizan la práctica a través del cuerpo y la
mente. Este zazen no es “mi” tentativa personal de obtener algo, más bien, como
dice Dōgen, esta práctica en en realidad la práctica del Buda
(Butsu-gyō).
martes, 14 de agosto de 2012
Loki...
Cuando Odin tuvo su hijo ilegítimo, nunca pensó que su naturaleza sería la del embaucador que busca dentro de las personas para hacer surgir algo que está dentro de cada uno de nosotros y que ocultamos a los demás.
Loki, que así se llama el individuo, mitad Dios, mitad hombre, adquiere su fuerza creando el caos a su alrededor, y atrayendote hacia tu propia oscuridad.
Pero a pesar de que pudiera parecer algo obsceno y malévolo, es la parte del universo que te mira con los ojos de tu opuesto, para hacerte ver que tu ubicación en el mundo se va poco a poco "descentralizando", y sin darte cuenta estás en el lado de la razón dialéctica y lógica, del control desmedido, de las rutinas horarias y encorsetadas y de la pura maquinaria cuidadosamente engrasada, para que suene todos los días con su " sonido perfecto".
Pero el sonido ni es perfecto, ni eres esa máquina perfecta, y Loki aparece de vez en cuando en tu vida para recordártelo. Te acaricia con sus sentidos, observa tus debilidades y suavemente te seduce como nadie sabe hacerlo, para llevarte jústamente a la realidad del ahora, en la que ves que lo que pensabas que era "el centro, la consciencia" se ha convertido en otro punto que no está para nada cerca de ser tu postura original o tu naturaleza vital.
Y hay que dejarse llevar... Loki me seduce y yo me dejo, y le doy las gracias por ponerme de nuevo en mi sitio, en el ahora más absoluto, donde queda atrás por unos días la ecuanimidad a veces fingida, para descubrirme en este espacio temporal, mi punto ácido, asíncrono, caótico y dulce, tan dulce que río... Y río sin parar...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)