Pero antes de que la policía llame a mi puerta, pistola en mano y con las esposas en la otra, he de decir que dicha palabra, que se asocia con la delincuencia, no tiene el significado que parece.
Cuando, en un gran almacén, alguien entra en la sección de televisores y en vez de ponerse delante de la pantalla, se pone detrás para ver qué conexiones tiene, ese alguien es un Hacker.
Por que un Hacker, es aquella persona que para llegar a su meta, no pasa por el camino más corto, sino que entra en uno largo y tortuoso, para así calmar sus ansias de aprender. En definitiva, la meta es menos importante. Y en ese sentido, yo soy un Hacker de sangre.
Cuando hace unos meses, acabé mi Zazen y me di cuenta que aquél sentimiento de unidad que tenía acabada la meditación se había esfumado, entré en algo que he llamado "Limbo" y que ha estado presente en cada momento, una vez acabada las sesión de Zazen.
Cuando lo comenté a alguno de vosotros, amigos del Dharma, todos reaccionasteis positivamente, sin juzgarme, sólo intentando ayudarme. Me habéis estado preguntando para ver cómo podíais "hacerme ver" que todo estaba bien, que quizás estaba en el lugar adecuado... Mi amigo Antonio me mandó un enlace a un blog muy bueno, que trataba sobre el tema...
Pero he de deciros, amigos, que ayer Lunes, venticinco de junio del 2012, tuve un Satori y salí del "Limbo" en el que estaba.
Y pensaréis que uno no puede ir diciendo por ahí que tiene esa clase de cosas, y es cierto. No sé realmente si fue un Satori o no, por que no puedo compararlo con nada. De hecho, antes solía decir lo mismo, pero un día me di cuenta que cuando cogí el libro que lo cambió todo, "el camino del zen" de Alan Watts, tuve también un Satori. Y si lo comparo, he de decir que llevo teniendo Satoris desde que tengo uso de razón.
No tiene por qué ser algo único, ni contundente. Más bien diría yo que un Satori es un descubrimiento clarificador y una sensación de realidad que te hace decir "eureka" a un aspecto de ti, de tu vida o de lo que sea, pero no a todos. O sea, que se puede tener un Satori como consecuencia de una adquisición de conocimiento de una parte pequeña de uno, no de la totalidad.
Y está claro que todo esto es teoría, pero como el Budismo Zen, se convirtió irremediablemente en mi fe, hace ya unos años, he de reconocer que ayer tuve un Satori. Y clarifiqué mi Limbo, de una manera tremenda.
Todos habéis aportado vuestro granito de arena, para que todo esto haya culminado así. Nirvana, amiga mía, me diste algunas claves en anteriores entradas, y con tus cuestiones y nuestras charlas, has aportado mucho a mi "clarificación".
Por supuesto mi hermana del Dharma, Dolores. Ella con su ecuanimidad y preocupación de amiga, también me ha ayudado y mucho. De hecho, te conté en una ocasión, querida Dolores, que antes de Zazen, Truco, mi perrito y amigo, venía y me ponía su hocico húmedo para avisarme de que quería jugar. En ese momento, me levantaba y jugaba con él, por que centrar mi mente en jugar con Truco era mucho más "Zen" que quedarme sentado mirando la pared. Y mi querido amigo Antonio, tu diste en la diana, aunque sin saberlo, cuando pusiste un vídeo de una animación llamada "yo,yo,yo y mi práctica" que justamente exponía lo mismo que mi historia con Truco.
Comando Dharma: yo, yo, yo y mi prácticacomandodharma.blogspot.com.es
Y de repente pasó algo que es imposible explicar. Además de alguna cuestión física, como ver mucho más claro y oír mucho mejor, mi mente sufrió una especie de "algo" que es indescriptible, pero que se parece mucho a lo que les pasa a los adeptos a la rama "Rinzai" de la escuela Zen, después de que el maestro les haya machacado continuamente con un Koan indescifrable. Estos alumnos andan deambulando como tontos hasta que de repente aparece el Satori. Es algo parecido a lo que me sucedió con mi limbo y despertar (parcial).
Posiblemente todo esto sea una confabulación mental, o yo que se, pero la cuestión es que ya no hay limbo, o más bien "ese limbo ya ha sido entendido por mi".
Minutos después en "Inicio" del FaceBook, encontré una frase y una imagen que no he podido recuperar, que rezaba algo parecido a esto:
"Aparece justo cuando lo necesitas"
Recordé el día que empecé a leer a Watts...
Efectívamente soy un Hacker, un indagador. Es mi naturaleza y no puedo (ni quiero) evitarlo.
Me gusta mirar en el interior de las cosas, y también de los sucesos que ocurren en mi interior, que al fin y al cabo, son todos los sucesos, el suceso.
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