Había un gran guerrero que ganaba todas las batallas, y su único motivo para seguir viviendo, era poder enfrentarse a enemigos cada vez más poderosos.
Un día oyó que un maestro zen tenía una técnica capaz de destruir a cualquier enemigo que se le pusiera por delante, así que no tardó mucho en coger su caballo y cabalgar hacia donde estaba el maestro:
Me han dicho que tienes una técnica ejemplar y quiero que me la digas -Esputó el guerrero sin ningún tipo de educación.
El maestro estaba sentado en su postura de zazen... y allí siguió completamente quieto y callado.
¿Es que no me oyes? Te exijo que me lo digas!
El maestro no decía ni una palabra.
El guerrero blandió su espada atacando al cuello del maestro con fuerza, mientras amenazaba con matarlo. Antes de rajar la garganta del maestro, paró la espada en seco.
!No puede ser, no tienes miedo a morir, tu mente es dura como una piedra!
Cuando el guerrero subió a caballo dispuesto a marcharse, cabizbajo y derrotado, oyó al maestro que, entonces le gritó:
¡Esta es la técnica!
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jueves, 27 de septiembre de 2012
jueves, 13 de septiembre de 2012
Mantras...
Un día, un monje visitó a un gran maestro, para consultarle por un problema.
- Mestro, puede usted decirme un mantra para que mi esfuerzo en el trabajo sea menor?
Entonces el maestro, le dijo:
- Atorokamaso parekutepe koromishi!!!
- Gracias maestro! -dijo el monje con gran alegría.
Y así el monje, cuando tenía que realizar un gran esfuerzo, recitaba su mantra, y el esfuerzo era mucho menos.
Pero al monje le rondaba la idea del significado del mantra, así que volvió a ver al maestro:
- Maestro, puede usted decirme el significado de tan maravilloso mantra??
EL MANTRA NO SIGNIFICA NADA EN ABSOLUTO, -dijo con contundencia.
Pero entonces, por qué me ha dicho semejante cosa?
POR QUE EL TRABAJO, CUANDO CANTAS, ES MÁS AGRADABLE SI NO TIENES VOZ DE OGRO, CLARO... JA,JA,JA!!!
Así que ya sabéis, cuando tengáis que hacer un esfuerzo, recitad el mantra:
- Atorokamaso parekutepe koromishi!!!
Y os sentiréis mejor.
- Mestro, puede usted decirme un mantra para que mi esfuerzo en el trabajo sea menor?
Entonces el maestro, le dijo:
- Atorokamaso parekutepe koromishi!!!
- Gracias maestro! -dijo el monje con gran alegría.
Y así el monje, cuando tenía que realizar un gran esfuerzo, recitaba su mantra, y el esfuerzo era mucho menos.
Pero al monje le rondaba la idea del significado del mantra, así que volvió a ver al maestro:
- Maestro, puede usted decirme el significado de tan maravilloso mantra??
EL MANTRA NO SIGNIFICA NADA EN ABSOLUTO, -dijo con contundencia.
Pero entonces, por qué me ha dicho semejante cosa?
POR QUE EL TRABAJO, CUANDO CANTAS, ES MÁS AGRADABLE SI NO TIENES VOZ DE OGRO, CLARO... JA,JA,JA!!!
Así que ya sabéis, cuando tengáis que hacer un esfuerzo, recitad el mantra:
- Atorokamaso parekutepe koromishi!!!
Y os sentiréis mejor.
domingo, 2 de septiembre de 2012
El maestro iluminado...
Había en una región Japonesa, un maestro que decían que estaba iluminado.
Un buen día, un chico se acercó y le dijo que quería aprender de él.
Y el maestro se pasó hablando sobre la inmutabilidad, sobre la impermanencia,
sobre la vacuidad y sobre todo lo que se supone que el Dharma de Buda explicaba.
Cuando el joven hubo escuchado, le dijo al maestro que no tenía nada que aprender de él, pues había detectado que a todos los alumnos les decía lo mismo, y cada individuo debía captar un tipo de sensibilidad diferente de los demás, que el maestro no estaba tomando en cuenta.
El chico se marchó, no sin antes decirle a maestro:
No se nada de iluminación, ni de transformación. No se nada de impermanencia ni de Dharma, ni siquiera se si el Buda histórico existió alguna vez. Yo había venido aquí a aprender a sentarme, a comer, a reverenciar, a caminar y a trabajar, y a hacerlo de forma atenta y consciente.
El maestro, se marchó del templo y al tiempo se le vio en programas de televisión. Pero ya no le llamaban maestro, sino Gurú. Ganó mucho dinero y no enseñó a nadie a nada que mereciera la pena.
El alumno, totalmente desconocido, se hizo un maestro en el arte de sentarse, caminar, reverenciar, comer y trabajar. Los que estaban a su lado, hacían lo mismo que él, no sabían nada del Dharma, pero siempre había una sonrisa en sus rostros.
Cuando murió el maestro, le hicieron firmar un papel para "seguir con la labor" y se olvidaron de él.
Cuando murió el alumno, todos lo que estaban a su lado:
- Se sentaron en su honor, con una foto de él en un pequeño altar.
- Caminaron atenta y conscientemente.
- Lo reverenciaron.
- Comieron, recordando cómo lo hacía él.
- Trabajaron duro para construirle un bonito altar.
Hoy en día nadie sabe el nombre ni la imagen de aquél alumno-maestro.
Y todo el mundo sabe quién es el famoso Gurú que siguen millones de personas, aunque esté muerto y lo siguen y ponen sus frases en las redes sociales... y ahora se dice que habló de triunfo y de éxito, pero murió sólo.
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Un buen día, un chico se acercó y le dijo que quería aprender de él.
Y el maestro se pasó hablando sobre la inmutabilidad, sobre la impermanencia,
sobre la vacuidad y sobre todo lo que se supone que el Dharma de Buda explicaba.
Cuando el joven hubo escuchado, le dijo al maestro que no tenía nada que aprender de él, pues había detectado que a todos los alumnos les decía lo mismo, y cada individuo debía captar un tipo de sensibilidad diferente de los demás, que el maestro no estaba tomando en cuenta.
El chico se marchó, no sin antes decirle a maestro:
No se nada de iluminación, ni de transformación. No se nada de impermanencia ni de Dharma, ni siquiera se si el Buda histórico existió alguna vez. Yo había venido aquí a aprender a sentarme, a comer, a reverenciar, a caminar y a trabajar, y a hacerlo de forma atenta y consciente.
El maestro, se marchó del templo y al tiempo se le vio en programas de televisión. Pero ya no le llamaban maestro, sino Gurú. Ganó mucho dinero y no enseñó a nadie a nada que mereciera la pena.
El alumno, totalmente desconocido, se hizo un maestro en el arte de sentarse, caminar, reverenciar, comer y trabajar. Los que estaban a su lado, hacían lo mismo que él, no sabían nada del Dharma, pero siempre había una sonrisa en sus rostros.
Cuando murió el maestro, le hicieron firmar un papel para "seguir con la labor" y se olvidaron de él.
Cuando murió el alumno, todos lo que estaban a su lado:
- Se sentaron en su honor, con una foto de él en un pequeño altar.
- Caminaron atenta y conscientemente.
- Lo reverenciaron.
- Comieron, recordando cómo lo hacía él.
- Trabajaron duro para construirle un bonito altar.
Hoy en día nadie sabe el nombre ni la imagen de aquél alumno-maestro.
Y todo el mundo sabe quién es el famoso Gurú que siguen millones de personas, aunque esté muerto y lo siguen y ponen sus frases en las redes sociales... y ahora se dice que habló de triunfo y de éxito, pero murió sólo.
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